Aunque popularmente se la conozca como los “tacos del muerto” (está enfrente de un cementerio), esta taquería de propiedad familiar lleva más de cincuenta años con buena salud y deleitando a su clientela. Hoy, gestionada ya por la tercera generación, te da a elegir entre las tortillas de harina o de maíz que, una vez con su relleno (también a elegir), se pasan a la plancha con un poco de aceite para dejarlas doradas y crujientes. Nosotros te diríamos que no te vayas sin probar el tierno taco de picadillo, con papa y carne molida; el de pierna, con jamón picado y guisado con chile rojo; o la estrella del local: el taco de cabeza de res.