Situado en el interior de un hotel boutique salpicado de olivos, este encantador local inaugurado hace poco es una promesa dentro de la escena culinaria local. Pese a cambiar con frecuencia, su carta de temporada destaca siempre por la sencillez y pureza de sus sabores, poniendo en práctica la filosofía de la “granja a la mesa” gracias a los productos de primera calidad que suministran a diario los agricultores de la zona. Cada comensal puede optar por un menú de cuatro u ocho “tiempos” (en los meses más cálidos, también se sirven pizzas y ceviche al aire libre), sabiendo que la ensalada templada de verduras y hortalizas jóvenes le proporcionará el mismo placer que, por ejemplo, la crujiente pechuga de pato con un sedoso puré de coliflor. Los postres, como el que combina sorbete de naranja y zanahoria con caramelo de aceitunas, son especialmente tentadores.